Dora Kallmus, la mujer detrás de Madame D’Ora

Viena, 20 de marzo de 1881 – Frohnleiten, 28 octubre 1963

Dora Kallmus, más conocida como Madame D’Ora, es considerada la primera fotógrafa de moda de principios del siglo XX en París. En un momento en el que ver una mujer detrás de una cámara era casi (o sin casi) una herejía social, Kallmus se abrió paso con su propio estudio de fotografía, que abrió junto a Arthur Benda, en el que se especializó en retrato y moda. Benda-D’Ora Estudio era el nombre del lugar que desde 1907 vio pasar a celebridades de la talla de Josephine Baker, Tamara de Lempicka, Alban Berg, Arthur Schnitzler o Colette entre otros muchos. El éxito del negocio fue tal que en 1924 abrían sede en la capital francesa.

La pasión por la fotografía vivía en Dora Kallmus desde que era niña. Se crió en una familia de abogados judíos y llegó a ser la primera mujer admitida en el Instituto de Formación Gráfica de Viena. En 1905 pasó a formar parte de la Sociedad Fotográfica de Viena, sin embargo, no fue hasta la década de los treinta cuando su reconocimiento como fotógrafa dentro del sector de la moda fue notable.

Con una técnica vanguardista, Dora Kallmus, capturó a los famosos de la moda, la danza, el teatro o la pintura. Hecho que fue también transgresor, ya que por entonces muy pocos fotógrafos prestaban atención a esta parte del famoseo. Sus fotografías eran elegantes y delicadas con una mirada contemporánea en la que las poses de los modelos eran dinámicas y naturales en ruptura con la rigidez de la época. Una de sus virtudes fue saber captar la individualidad de cada una de las personas que se sentaban delante de su cámara, especialmente las de las mujeres, que en ruptura con la tradición se mostraban en su mayoría desinhibidas, libres y absolutamente modernas.

Con la llegada de la guerra, Dora Kallmus tuvo que huir de París y con ello apareció una nueva etapa en su obra. Su primera parada fue un convento en el campo y los refugiados fueron sus primeros protagonistas, con los que se convirtió en una especie de periodista social. Un periodo en el que su obra se plantea como una respuesta artística personal a los horrores de la guerra. Al finalizar la guerra, volvió a París y reabrió su estudio en el que retomó su trabajo de retratos, pero que empezó a combinar con una fotografía más pura agrupada por series. De ellas destaca «Espectáculo de danza», realizada hacia 1953.

A los 75 años, Dora Kallmus presenta al mundo su trabajo más crudo: una serie que refleja la brutalidad de los mataderos del París de la época. Una serie que rompe radicalmente con esa mirada glamurosa, elegante y sofisticada de las celebridades del momento, y que deja sin aliento.

La obra de Kallmus es extensa y muestra una evolución muy clara marcada por sus propias vivencias, sin embargo, lo que más nos ha llegado es su primera faceta, elegante y delicada. Y es que el arte no siempre es fácil de mirar.

“No era la única mujer dedicada a la fotografía en Viena, pero sí fue la primera en imponerse con un éxito incontestable. Fue la pionera en retratar a estrellas de la danza, el teatro o la pintura como modelos, fuera de su elemento, algo que hoy es habitual en todas las revistas, y en mostrar a la aristocracia en actitudes muy poco convencionales”

Monika Faber

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