Lalibela de Cristina García Rodero

Llegamos al mes de junio y poco a poco vamos acercándonos a esa «nueva normalidad» que es ahora nuestra realidad. Hace tres años, Oliva María Rubio escribía sobre el proyecto Lalibela de Cristina García Rodero, que se trataba de una ciudad «en la que el tiempo parece haberse detenido para sumergirnos con sus ritos y ceremonias en un tiempo bíblico, que creíamos perdido”. Palabras que me recuerdan a nuestra vuelta a las calles, entrando de nuevo en sus ritos, para recuperar el tiempo que de alguna manera creíamos perdido.

Lalibela es un terreno considerado sagrado por los etíopes, convertido en la segunda ciudad santa del país y considerado Patrimonio de la Humanidad. Entre 2000 y 2009, la fotógrafa Cristina García Rodero se dedicó a fotografiar diferentes ciudades de Etiopía. En su camino quedó prendada de la ciudad sitiada en el corazón de las montañas etíopes, a más de 2.600 metros de altitud.

De su viaje salieron más de 100 fotografías en blanco y negro, que vieron la luz en formato libro y expositivo, en las que el ser humano, sus cuerpos y sus ritos son las protagonistas. Con este proyecto, Cristina García Rodero muestra las celebraciones de la Epifanía y la Semana Santa de los cristianos ortodoxos en Etiopía, pero también, invita al espectador a adentrarse en los misterios y encantos de una ciudad que parece anclada en la antigüedad.

Cristina Garcia Rodero nació en Puertollano Ciudad Real. Desde 1968, vive en Madrid. Estudió en la facultad de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, licenciándose en pintura en 1972. En 1973 recibió una beca de creación artística de la Fundación Juan March que es el inicio de su trabajo de documentación sobre las fiestas, costumbres, tradiciones y ritos de España. Desde entonces, su fotografía manifiesta siempre un hondo interés por el comportamiento humano, con un estilo poético de gran fuerza emocional. En sus trabajos indaga sobre las tradiciones y ritos que han sobrevivido durante siglos y también sobre las nuevas creencias y manifestaciones, fruto de los cambios económicos y políticos, de las necesidades actuales y conflictos sociales.

La serie de fotografía de Lalibela no es menos. El ser humano, sus cuerpos y rituales son protagonistas de estas imágenes, en las que se representa una intensa espiritualidad y se invita al espectador a introducirse en un viaje simbólico por tierra santa. Como dice la autora: “Hace años que intento completar dos facetas de mi trabajo en las que siempre pienso conjuntamente: cuerpo y espíritu”. La fotógrafa consigue en este trabajo representar tanto la esencia de una ciudad africana como la intimidad en medio de la multitud. Lalibela trata sobre la belleza y peculiaridad de las iglesias talladas en la roca (declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978), el paisaje, las ceremonias y los ritos que se celebran en esta ciudad etíope.

Según explica Gustavo Martín Garzo en el libro que se publicó en 2017 del proyecto, “Lalibela, la ciudad que Cristina García Rodero ha visitado con su cámara, pertenece al mundo de la noche, del silencio, de la soledad y el dolor, al mundo tembloroso de lo sublime”. Una ciudad alejada de lo que conocemos, con la que García Rodero “nos obliga a un doble esfuerzo: el esfuerzo de ver, pero también el de adivinar. Mirar para ella no es limitarse a percibir pasivamente las cosas, sino adentrarse en ellas, percibir su vida escondida”.

El próximo lunes hará tres años de la inauguración de esta exposición en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid. Un aniversario que llega en pleno redescubrimiento de una ciudad alejada de lo conocido, de una ciudad que está cambiando sus ritos y ceremonias.

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