Arte para todos y todas. Keith Haring

Tiempo de lectura: 6 min

Ampliada hasta el 19 de abril de 2020


El 16 de febrero de 1990 falleció Keith Haring, artista y activista social cuya obra refleja el espíritu de la generación pop y la cultura callejera de la Nueva York de los años 1980. Hasta el 16 de febrero de 2020, con motivo del 30 aniversario de la efeméride se puede visitar en el Museo de la Pasión de Valladolid un homenaje a este artista.

Haring formó parte de la hornada de jóvenes artistas que llegó a Nueva York a finales de los 70 y que estableció su base en el Mudd y el Club 57. A golpe de spray, Haring concibió su particular iconografía en los vagones del metro de Nueva York y en paneles publicitarios a la espera de anunciantes, no por la autopromoción o el deterioro de la propiedad, sino por la accesibilidad democrática a su trabajo fuera de los espacios de arte convencionales. Llegó a pintar hasta cuarenta paneles al día y una decena de visitas a comisaría por vandalismoPoco después era reclamado por las galerías y preparaba su salto a ferias como la Documenta de Kaseel y las Bienales del Whitney Museum o Sao Paulo en Brasil. 

La firma más representativa del arte callejero de los 80 es como definen algunos la obra de este artista que con trazos gruesos e ideas sencillas logró calar en el imaginario colectivo de varias generaciones. No obstante su figura no ha sido lo suficientemente reconocida como artista por el público. No por falta de obra, pero tal vez por la falta de grandes lienzos en su trabajo, o tal vez por la extremada sencillez de sus dibujos planteadas casi siluetas o bocetos de una idea. Reconocido o no como artista, Haring dejó tras de sí carteles, cerámicas, discos, esculturas, obra gráfica, e incluso alguna suite, como las dedicadas a Andy Warhol o la dramática Angainst all odds, álbumes pensados para ser coloreados por niños/as o algún vagón de tren como legado. Y es que este artista estadounidense creaba arte para todo el mundo, arte al alcance de la mano de todas.

«Arte para todos», nombre con el que se presenta esta muestra, es también el nombre de la férrea campaña que emprendió Haring por la democratización del arte. Un ‘arte para todos’ que defendió acercando la creación a la sociedad y abogando por su función social –se consideraba tan artista como activista -.

Su carrera fue tan brillante como fugaz. En los ocho años que separan su descubrimiento y su muerte, Haring creó más de cien carteles, 30 murales públicos y 20 portadas de discos, participó en un centenar de muestras individuales y colectivas y colaboró con Grace Jones, Madonna, Yoko Ono o Andy Warhol. En apenas un lustro expuso en Nueva York, Tokio, Milán, París o Amsterdam; fue reclamado por Adidas, Lucky Strike, Unicef o los ballets de Monte Carlo y Nueva York. 

El propio Andy Warhol asistió a su presentación en la Fun Gallery. Era 1983 y el ‘pope’ de la escena neoyorquina quería poner cara al nuevo chico de moda.  Desde entonces y hasta la muerte de Warhol, cuatro años después, se sucedieron colaboraciones profesionales y personales, como el regalo que realizaron a cuatro manos para la boda de Madonna y Sean Penn. 

Su arte responde a cuestiones urgentes que incluyen la política, el racismo, la homofobia, la drogadicción, la conciencia sobre el SIDA, el capitalismo y el medio ambiente. Figuras bailando, perros ladrando, bebés gateando, pirámides o platillos volantes, etc. son algunos de los elementos más recurrentes en sus trabajos. Nacimiento, muerte, amor, sexo, guerra son los temas recurrentes en sus obras. A través de todo ello, vestido siempre de un aspecto festivo y desenfadado, plantea un trasfondo profundamente reflexivo y socialmente comprometido. Era un artista políticamente activo y socialmente consciente, interesado en reflexionar y responder al clima cultural en el que vivía.

En su línea de abrir el arte a toda la población, inauguró en 1987 su tienda Pop Shop, en la que vendía todo tipo de merchandising, germen de lo que hoy son las tiendas de recuerdos de los grandes museos. 

Como activista se entregó a causas como la lucha contra las armas nucleares, el apartheid o los derechos de la comunidad LGBT, pero, sobre todo, se volcó con la guerra contra el SIDA y los prejuicios que acompañaban a los portadores del VIH. Él mismo fue diagnosticado en 1988. 

Keith Haring (1958-1990) formó parte de la legendaria escena artística de Nueva York de la década de 1980, que se inspiró en el graffiti , el arte pop y la cultura underground.

1 comentario en «Arte para todos y todas. Keith Haring»

  1. a la proxima oportunidad que escribas un articulo, por favor pon la informacion de las fotografias que usas, llegue al sitio buscando el titulo de una de las obras, y no se encuentra informacion util.

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