Apropiaciones artísticas de Fernando Bellver en Tabacalera

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En los años ochenta el arte estuvo compuesto por diversas tendencias con un denominador común: superar los límites impuestos por la austeridad teórica de los últimos episodios de la modernidad y recuperar la imagen en sí y su potencial narrativo. De las diversas tendencias que podemos encontrar son dos las que tuvieron una notable importancia: la neo-expresionista y la apropiacionista.

El término apropiacionismo surgió con la artista Sherrie Levine, quien se apropiaba, valga la redundancia, de obras de arte de otros autores y las volvía a realizar, en ocasiones cambiando de material o añadiendo algún matiz, y en otros casos reproduciéndola con exactitud. El apropiacionismo llegó a convertirse en una corriente artística bajo la cual trabajaba un variado grupo de creadores conocidos como la Pictura Generation. Si hoy en día siguiéra existiendo un grupo definido de artistas apropiacionistas encontraríamos entre sus nombres al artista Fernando Bellver (Madrid, 1954), Premio Nacional de Gráfica 2008.

La sala Principal de Tabacalera. Promoción del Arte le dedica en estos días una retrospectiva al artista madrileño que permanecerá abierta hasta el 28 de agosto de 2016 bajo el nombre ‘Vida pasajera’.

Comisariada por Felipe Hernández Cava se presenta esta muestra con más de 80 obras realizadas en los últimos treinta años de trabajo del artista, en la que se nos ofrece un viaje multidisciplinar a su universo particular.

‘Vida pasajera’ es un recorrido, sin ser esta su intención, por diferentes formas de apropiacionismo, así como por la recuperación de grandes hitos de la Historia del Arte. Nueve bloques dan forma a las salas que componen este espacio con series como el diálogo con los clásicos, en el que Bellver reinterpreta grandes obras maestras como son Las tres gracias de Rubens o la Madonna de Leonardo, la clásica y reconocida figura de la Menina de Velázquez, etc.; o Rorschach, en la que recupera la serie de Andy Warhol; además de series como Fósiles, con la que nos invita a reflexionar sobre el proceso de aniquilación de la cultura en el que estamos inmersos, a través de los ajuares que se encontraran las especies que nos sobrevivan en nuestras tumbas, siguiendo la imagen que hoy tenemos de las tumbas egipcias.

Con todo esto Bellver no solo busca hacernos reflexionar sobre cuestiones particulares, sino también sobre el mito del artista creador, sobre el cual adopta una postura irónica con la que conformar su propio personaje.  A través de sus piezas defiende que el arte es algo sin trascendencia, desmitifica y desacraliza algunas de las grandes obras maestras de nuestra historia y las plantea como burla, como objeto de risa.

Aguafuertes, dibujos, óleos, esculturas, cajas de luz o «lentegrafías» realizadas con una destreza técnica deslumbrante en las que la realidad se comporta como una ficción y a la inversa invitándonos a descubrir dónde está el punto de inflexión de lo que puede ser considerado hoy día Arte con mayúsculas y arte con minúsculas.

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