Hoy se celebra el DIM 2022, el Día Internacional de los Museos, que cada 18 de mayo plantea un hilo de debate y reflexión en torno a la actualidad de estos espacios culturales. Este año su tema es “El poder de los museos”. En la pasada edición ya me preguntaba para cuándo una edición que reivindique y reflexione sobre la invisibilización que sufren las mujeres en estas instituciones. Como todas mis reivindicaciones siguen vigentes en este artículo, este año prefiero hablaros de un museo muy especial creado por una mujer: Piedad Isla.
En Cervera de Pisuerga, en la plaza de la Cruz, hay un edificio del siglo XVI que fue la residencia habitual de Piedad Isla y su marido. Hoy en día es un museo etnográfico integrado en la Red Museística de Castilla y León en el que además de albergar 2.000 objetos de diferentes oficios, en sus paredes se encuentran expuestas más de 300 fotografías realizadas por Isla.
El Museo
El Museo es el resultado del proyecto personal de la fotógrafa. Isla según se paseaba por los pueblos de la Montaña Palentina retratando a sus gentes y costumbres (cosa ya insólita, aunque de ella y sus fotos os hablaré otro día), iba recogiendo objetos de esa tradición rural cada día más olvidada. Desde utensilios y herramientas de oficios como carpintero, labrador, minero, herrero o zapatero, hasta antiguos juguetes, vestidos o instrumentos musicales.
No fue hasta 1980 cuando se creó el museo. En el año 2000 se conformó en torno a él la Fundación Cultural Asistencial Piedad Isla y Juan Torres, que “lleva a cabo la digitalización del amplio patrimonio fotográfico conformado por el archivo personal de la fotógrafa (más de 100.000 negativos) y que forma parte de los fondos del Centro de Documentación de la Montaña Palentina”. (…) Además, “la Diputación de Palencia estableció en su nombre el Premio Nacional de Fotografía Piedad Isla”, que hasta ahora ha premiado a fotógrafas/os como Cristina García Rodero, Ramón Masats, Ouka Leele, José Manuel Navia o Chema Madoz, entre otros/as.
El Museo de Piedad Isla es hoy un espacio único que no sigue casi ningún criterio museístico moderno. Es un espacio en el que permanece, gracias a la preocupación y labor altruista de una mujer hasta hace unos años casi olvidada por la historia, la huella de lo que fuimos, de donde venimos y de esos pilares que hoy en día nos mantienen. En sus dos plantas, como si fuera un gran gabinete de curiosidades, se amontonan fotografías y objetos que rezuman un pasado casi extinto.


“Viejos, así son la mayoría de las gentes que quedan en los pequeños pueblos, pueblos que, como ellos, inexorablemente van muriendo; son las arrugas de sus caras el testimonio de renuncias, privaciones y sacrificios de largo enumerar. Dios bendiga los días que les queden. En nuestro corazón hay para ellos un aplauso y el agradecimiento por su contribución a nuestra mejorada manera de vivir”. Son las palabras que se pueden leer en una esquina de una de las cientos de fotografías que hay colgadas por las estancias.
Jenny Odell en su libro ‘Cómo no hacer nada’ comenta sobre un lugar lo siguiente: “Este lugar, (…), está pidiendo a gritos que lo escuches. Creo que deberíamos escuchar.” Eso mismo pasa con la vieja casona de Isla. Desde que se entra por su puerta un silencio cargado de historia se convierte en el guía. Lo que pensabas que iba a ser una visita de un rato, puede convertirse en horas de viaje por esa España hoy vaciada.
Sin duda alguna, este Museo etnográfico tiene un gran poder. Para el ICOM el mensaje de este DIM 22 se traduce en poner en valor estos espacios capaces de “transformar el mundo que nos rodea. Como lugares incomparables de descubrimiento, nos enseñan nuestro pasado y abren nuestras mentes a nuevas ideas, dos pasos esenciales para construir un futuro mejor”.
Gracias a Piedad Isla y su marido contamos con un museo capaz de transformar el mundo que nos rodea, un lugar incomparable que nos enseña nuestro pasado y abre nuestra mente, y, sobre todo, un lugar que nos ayuda a construir un futuro mejor. Como dejó escrito la propia Piedad Isla, “Tenemos una herencia recibida con una obligación de cumplimiento, de nosotros depende el ritmo y dirección que la demos”.

Información para su visita
- El museo abre sus puertas en Semana Santa y después todos los fines de semana hasta verano. Hasta final de año abre fines de semana y festivos.
- En julio, agosto y septiembre abre todos los días menos los lunes, de 11 a 14 y de 17 a 20 horas.
- El precio para adultos es de 2 euros, para grupos de 1,5 euros y para colegios 1 euro por persona.
Consulta la página web del museo para más información.
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Imágenes realizadas por mí y sacadas de la página del museo de Piedad Isla (Cervera de Pisuerga, 6 septiembre 1926 – Madrid, 6 noviembre 2009).
